miércoles, 25 de agosto de 2010

¿Por qué en Suiza reciclan el vidrio por colores?



En Suiza, los contenedores para reciclar vidrio de la calle tienen varios agujeros diferentes: para el vidrio blanco, para el verde y para el marrónEl vidrio es uno de los materiales que ofrecen más ventajas en el reciclaje. Las botellas, tarros y frascos que se tiran a los iglúes verdes en el país pueden reciclarse una y otra vez para volver a fabricar botellas, tarros y frascos. Esto supone utilizar menos materias primas de la naturaleza(arena, sosa y caliza), pero también generar menos emisiones, pues el vidrio reciclado (el calcín o casco) se funde también a menor temperatura en los hornos de las empresas vidrieras. Sólo existe una gran limitación: el color.

El vidrio coloreado no puede volver a ser transparente. Esto significa que con las botellas de color verde o marrón (topacio, en el argot de los vidrieros) que se tiren al contenedor para reciclar sólo se fabricarán otras botellas de color. O, al revés, que para producir botellas blancas (transparentes) se necesitaría separar el vidrio blanco de cualquier pequeño pedazo de color.



En Suiza también empiezan a disponer de tecnología para afinar la separación por colores, pero confían, sobre todo, en una maquinaria también muy precisa que no gasta nada: los ciudadanos. En este pequeño país, la diferenciación por colores resulta clave y es que ser unos campeones del reciclaje tiene también sus complicaciones: SegúnVetroSwiss, en los contenedores de las calles se recupera ya más del 95% del vidrio utilizado, un altísimo porcentaje con poco margen de mejora. Cada ciudadano de este país recicla una media de 42 kilos de vidrio al año, frente a lo 15,5 kilos de media de un español. Y esto es mucho más que de lo que absorbe su propia industria. De todo el vidrio recuperado, un 28% es reciclado para producir nuevos envases de vidrio,un 56% es exportado a países limítrofes como Alemania, un 15% es utilizado para fabricar vidrio celular (o vidrio expandido) –empleado como aislante en la construcción– y un 1% acaba incluso en las carreteras en sustitución de arena –una práctica en desuso–. No pueden utilizar todo el vidrio que recuperan, y para poder aprovechar la máxima cantidad de este valioso material, o ser competitivos para venderlo fuera, resulta esencial mantener la mayor pureza posible de cada tonalidad.












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